Los pueblos originarios






La expansión y penetración incaica es un hecho muy importante en la historia de la América Prehispánica que marcó al noroeste y muy especialmente a los diaguitas.
Los incas ingresaron en el actual territorio argentino hacia 1480, durante el reinado del inca Tupac Yupanqui momento en el cual el Imperio Inca alcanzó su máxima expansión.
Probablemente el mecanismo utilizado por los Incas para la dominación del noroeste haya sido la introducción de su propia lengua, el Quechua, tarea que fue repentinamente interrumpida por el arribo de los españoles al Cuzco. Es por ello que nunca llegó a suplantar al Cacán (Diaguita) o al Omaguaca.
Los Collas son la etnia heredera de los habitantes originarios del Noroeste, consolidados durante todo el siglo XIX. Perdieron su organización comunitaria original y su núcleo, la familia extensa; tecnología sustantivas como la cerámica fueron expulsadas de la memoria colectiva; Su religión fue penetrada por el catolicismo ganancioso; ya no visten como antes, salvo en poncho y ojotas y tampoco cazan.
Sin embargo, los collas son los auténticos portadores de la tradicional forma de vida andina, a través del mantenimiento de muchos patrones culturales como la economía pastoril de altura, y agrícola de papa y maíz; La recolección de algarroba y sal; la construcción de viviendas; la medicina tradicional y las técnicas de adivinación; los instrumentos musicales erques, quenas, pinkullo, sikus y cajas; el culto a la madre tierra e innumerables creencias, rituales y practicas sociales; la religiosidad ancestral, en fin, que lejos de ser dominada por la nueva religión oficial, ha coexistido con ella, en una nueva forma que ha sido redefinida como religiosidad popular.