El acero.

Fue por casualidad, en los años treinta. Una joven excursionista que deambulaba por la sierra de Zapla, a unos 20 km de San Salvador de Jujuy, encontró unas piedras que le sorprendieron por su peso y, además, porque dejaban en sus manos un extraño rastro rojo. Bastaron unos pocos análisis para confirmar que se trataba de hierro. Registrada la mina según el Código de Minería, la falta de recursos en la provincia y la conciencia de que el país entero estaba necesitando de un desarrollo industrial basado en el hierro y el acero decidieron la cesión de los derechos al Estado Nacional por intermedio del Ministerio de Guerra.