El espiritu navideño se materializa en jujuy

En Jujuy se respira el tibio perfume de la NAVIDAD. el pesebre, representación tangible de la celebración, se ha transformado en el escenario propicio para la renovación de la fe y la veneración del NIÑO DIOS bajo contextos culturales propios. No es para menos. El nacimiento divino, ha sido para todos, sin excepción.En tales circunstancias, el pesebre coya ha cobrado en los últimos tiempos dimensiones inimaginables en Jujuy. Exposiciones en la Casa de Gobierno, Iglesia San Francisco, Escuelas de nivel primario, y Catedral Basílica marcan el interés creciente por representar, bajo una mirada estrictamente local, la escena del nacimiento en la PUNA. Frente a tamaño desafío, los artistas dan vía libre a su imaginación e incorporan con intensidad el folklore popular. Fiestas paganas, carnavalitos y comidas regionales no faltan el pesebre norteño. El concepto es, detalles más detalles, prácticamente igual: El Niño Dios sonríe frente a sus padres coyas y descubre un mundo particular, un mundo de cerros de colores, llamas, tejidos y clima seco. La gente siente el nacimiento en casa y la cercanía del acontecimiento divino.Quizás por ello, la imagen adquiere con el paso de los años mayor significación social, situación impensada tiempo atrás cuando el pesebre era dominado pòr las imágenes tradicionales y mayormente alejadas de la cotidianidad provinciana. En el ingreso a la Casa de Gobierno, la situación resulta semejante: El mundo coya con las manos abiertas para recibir al Niño Jesús. Es más, pequeñas maquetas de paisajes locales fortalecen el valor de lo propio y reven la trascendencia de la Quebrada, de su gente.