Bicentenario de la Batalla de Tucuman

El 24 de septiembre del 2012 se cumplieron 200 años de la batalla de Tucuman y el Poder Ejecutivo Nacional decidio que, por unica vez, sea feriado.
La ponderacion de la batalla me parece oportuna aunque no deja de sorprender esta reivindicacion de la efemeride de un hecho militar. Precisamente la ''historia de las batallas'', ha sido tan vapuleada como sos protagonistas y ya no se estudia en los colegios y tampoco en los profesorados ni en las universidades que dictan la carrera de Historia. Sin duda, alguna ''culpa'' tienen los viejos metodos de enseñanza, que utilizaban el estudio memoristico del hecho factico sin recurrir al contexto o a las razones de fondo para comprender mejor tal o cual episodio.
Pongamos por caso la batalla de Tucuman que hoy nos ocupa: explicar el despliegue militar, la cantidad de armas y como lucharon los distintos cuerpos del ejercito puede ser interesante para un publico que gusta y aprecia la historia militar; de hecho estos estudios no han sido abandonados y gozan de buena salud. Pero importa mas dar cuenta de que sgnifico aquel triunfo para la construccion de las fronteras patrias; señalar el compromiso de la gente cuando -a pedido de Belgrano- realizo el exodo jujeño para evitar el aprovisionamiento de los realistas; y comprender el significado de la desobedencia de Belgrano a las directivas del Primer Triunvirato que le habia ordenado retroceder y no hacer frente al ejercito invasor. Ignoramos que hubiera pasado si nuestro procer hubiera acatado la orden de retirada, pero sin pretender dar explicaciones contrafacticas, hay evidencias que permiten afirmar que despues de la derrota patriota en Huanqui, en junio de 1811, practicamente se habia perdido el Alto Peru. Tras quel triunfo por el cual consolidaron sus posiciones en la region situada entre el lago Titicaca y el rio Desaguadero -limites del virreinato del Rio de la Plata- , los ejercitos realistas comenzaron a expandirse por el actual territorio argentino. Por eso resulto decisivo el ''freno jujeño'', y el presentar batalla en Tucuman primero y en Salta despues, en febrero de 1813. En efecto, la organizacion y plan estrategico de Belgrano logro mantener la independencia de la region -disputados por los bien pertrechados ejercitos del rey-, y frenar su avance. Como habia sucedido en Jujuy, en su caracter de jefe de la Segunda Expedicion al Alto Peru conto con el apoyo del pueblo tucumano que preparo la defensa de la ciudad y espero a los realistas que, tomados por sorpresa, fueron finalmente derrotados. No era poca cosa.
Luego y volviendo a cometer un error, el Triunvirato le exigio a Belgrano avanzar con sus maltrechas tropas hacia Potosí. Es conocido el desenlace de las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma que confirmaron definitivamente la perdida del Alto Perú.
Como consecuencia de esto, el general San Martín relevó a Belgrano como jefe aunque por su consejo encomendó la defensa de la frontera norte exclusivamente a los gauchos de Güemes mientras él se fortificaba en Tucumán.
Luego emprendió la gran empresa de cruzar la cordillera de los Andes para liberar a Chile y Perú pero eso ya es otra historia.
Ya de regreso en Buenos Aires, Belgrano fue enviado a Europa por el nuevo gobierno con la misión de buscar apoyo y reconocimiento al gobierno revolucionario. En esta nueva tarea y en las posteriores, el creador de la bandera no sólo retomó su profesión de abogado sino también su compromiso político, ayudando con febril empeño a dotar de un gobierno a las recientemente creadas Provincias Unidas de Sud América. No en vano este hombre que supo cosechar éxitos y fracasos en la distintas facetas de su vida, es uno de nuestros próceres mas queridos. Tal vez por eso, siempre conviene revisar su heroica gesta junto a otros distintos aspectos de su personalidad, porque ambos dan cuenta del esfuerzo y la predisposición de Belgrano, aún para emprender -si la patria lo requería- cualquier tarea por mas titánica que fuera.  Allí cobra nuestro prócer su enorme dimensión que lo eleva al panteón indiscutido de los forjadores de nuestra Nación.
Este reconocimiento es no sólo a la gesta heroica del soldado que supo desempeñar con honor la función de jefe del Ejército de la segunda expedición al Alto Perú, sino para aquel hombre que supo estudiar y aprehender las nuevas ideas y ponerlas al servicio de las nacientes naciones.